martes, 6 de diciembre de 2011

Un trocito de otoño...

Hola de nuevo...

Aquí sigo, como habréis podido ver llevo bastante tiempo sin viajar, aunque tuve la oportunidad de ir una semanita a Berlín, al final la logística falló y no pudo ser...por favor, desde aquí hago un llamamiento porque ya me apetece viajar y conocer otros lugares, llevadme de viajeeeeeeee!!!!!!

Bueno, hecho el llamamiento voy a escribir sobre Madrid, y más concretamente, sobre el otoño de Madrid, porque me parece que es uno de los otoños más bonitos que he visto nunca. El color del otoño en Madrid es un gran espectáculo.

 En realidad el otoño siempre ha sido para mí una etapa de transición y cambios, es lo mismo que pasa con los árboles, que cambian su vestimenta y la transforman para poderla presentar después de un tiempo, mucho más resplandeciente.
Siempre el otoño se ha relacionado, o al menos yo siempre lo he hecho, al cambio, a la decadencia, al final, a lo que queda cuando ya no queda prácticamente nada. Pero los otoños pueden ser muy bonitos, porque no siempre el cambio tiene por qué ser negativo, aunque casi siempre es melancólico, eso sí.

Será porque es el último trimestre del año, será porque nos paramos con más calma a pensar, será porque vemos como poco a poco los árboles, al igual que nosotros, presentan un cambio de color en sus hojas y casi sin poderlo pensar, las pierden.
Y el otoño en Madrid es así, melancólico, triste, como anunciando un final que se acerca sin que podamos hacer nada para cambiarlo. Y siempre la idea de final nos pone triste, o en este caso, melancólicos. 

Y de esta manera vamos siendo, poco a poco, va pasando el otoño, caen las hojas y nosotros con ellas, nos paramos a pensar y sentimos que ya hemos pasado por aquí, que esto nos recuerda a algo que ya pasó, nos recuerda al cambio, nos recuerda al cierre, un final de año que está a punto de terminar, y casi sin darnos cuenta estamos haciendo recuento de todo aquello que nos ha pasado, cuánto hemos reído, cuánto hemos llorado, cuánto nos hemos caído y nos hemos vuelto a levantar, cuánto nos hemos ilusionado para desilusionarnos de nuevo, cuánto hemos crecido este año...y así, como pequeñas hojas vamos cayendo poco a poco, balanceándonos hasta tocar el suelo, lentamente, y siempre teniendo en mente que quizás, muchos "cuántos" nos quedan todavía por vivir hasta el próximo recuento. 


Pero como dije antes, a veces los cambios son buenos, a veces los cambios traen seguridad, traen felicidad, en forma de nuevas hojas verdes, en forma de año nuevo con nuevas ideas, con nuevos objetivos, con nuevas ilusiones, con nuevas caras, aún por descubrir, en definitiva, con nuevos misterios hasta ahora desconocidos.

Y bueno, voy a dejarlo ya...porque me va a estallar la cabeza con tanto pensamiento....


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario